Todas las personas que formamos parte de esta histórica comunidad educativa nos esforzamos cada día por mantener vivos los valores que deseamos para mejorar nuestra sociedad actual y construir la sociedad del mañana.

La cercanía y el trato familiar son señas de identidad fundamentales en nuestro Centro, que no solo se mantienen sino que incrementan con el paso de las distintas generaciones. Tenemos la fortuna de poder mantener e incrementar los vínculos generacionales gracias a habernos consolidado como una gran familia. Los alumnos que hace unos años saciaban su curiosidad bajo el tejado de nuestro cole, entre pizarras de tiza y libros, hoy están formando y preparando a los nuevos alumnos, entre ordenadores, pizarras digitales y dispositivos multimedia, para desenvolverse en una sociedad en continuo cambio y transformación.

A pesar de la larga y dilatada experiencia del colegio, nuestro compromiso educativo con los hombres y mujeres futuros se mantiene intacto, y cada día tratamos de aportar nuestro granito de arena. Y no únicamente para que los alumnos sean competentes curricularmente, sino para que el compañerismo, el trabajo en equipo, la empatía y la educación emocional, la solidaridad, el esfuerzo, la perseverancia o la autosuperación sean los timones que guíen nuestras vidas.